Por Maricha Martínez Sosa/ Fotos: Matthew Lee High & PhotoScot
CUANDO LA NATURALEZA SE REPONE Y CREA MARAVILLAS.
Durante tu infancia o juventud temprana seguro que alguna vez te encontraste con unas piedrecitas color verde botella o traslúcidas, yo de pequeña recuerdo haber jugado con alguna y me parecían de lo más lindas, aunque desconocía de dónde venían y el proceso natural por el que habían pasado. No fue hasta descubrir el Glass Beach que hice la conexión y lo comprendí todo.
¿Qué es Glass Beach?
En la década de los 40′s los habitantes de Fort Bragg, California (USA) utilizaban como vertedero el océano, lanzando desde piezas de vehículos hasta electrodomésticos y con ellos sus respectivos cristales. Para finales de los 60′s el North Coast Water Quality Board se dió cuenta del error que se estaba cometiendo y buscó emendarlo, cambiando de locación el cementerio de desechos.
Más de treinta años luego Natura nos devuelve una espectacular playa compuesta nada más y nada menos que de aquellos trocitos de cristales, que a modo de roca fueron pulidos con el paso de los años y las olas. El área es actualmente conocida como Glass Beach y ofrece un espectacular panorama en los atardeceres, al reflejar el sol en sus millares de cristales. Su majestuosidad es tal que se ha convertido en un punto (no oficial) de interés turístico y se ha optado por proteger el área prohibiendo la recogida de las piedrecillas a modo de souvenirs.
La naturaleza es maravillosa y en el caso de esta playa nos presenta un ejemplo vivo de como con tiempo y un poco de autocontrol de nuestra parte ella gestiona el daño que le hacemos... ¡Un auténtico ejemplo de reciclaje natural!