Por Virginia López · Foto: Virginia López / Francina Acosta · Publicado el: 27/12/2013.
Un exquisito viaje hacia el idílico paraíso escondido de los Inca, mezcla de arquitectura pre colombina, magia e historia.
Como les relataba en la primera parte de este artículo (Descubriendo Machu Pichu - Parte I), subimos el trayecto hacia Machu Pichu a pie, disfrutando el verdor de los paisajes y escuchando la historia de cómo se encontró el lugar.
Unos pasos antes de vislumbrar esta belleza Inca, el guía nos mostro la montana llamada: Montaña Vieja, que en quechua, se le dice "Machu Pichu"; en realidad el lugar que conocemos hoy en día como tal, fue un error del investigador, al nombrarla; pues los aldeanos de la zona, le hablaban de manera inicial de la montaña que le queda atrás! Curioso ¿no? Luego nos mostro la montaña de Huayna Picchu, donde en su falda, alberga lo que conocemos como Machu Pichu.
Verlo por primera vez, ha sido una de las experiencias más increíbles: su grandeza y esplendor, dejan a cualquiera sencillamente sin palabras. La zona posee al menos 170 recintos, donde se identifican sus terrazas, que se encuentran en toda la ladera de la montana y que anteriormente se utilizaba para cultivar. Es increíble como su mecanismo de regado lleva aún agua desde un rio que queda debajo. Por igual, se destacan zonas de culto o religiosas, zonas de recreación como la plazoleta principal y zonas de vivienda, así como las de recolección o almacén de alimentos. Se identifican como edificios principales, la "pirámide" de Intihuatana, la Plaza Sagrada, el templo del sol y el Templo de las 3 ventanas.
Cada estructura posee vida y personalidad propia, así como curiosidades adornadas a modo de fábula. Los constructores tuvieron en cuenta criterios astronómicos y rituales para la edificación y en efecto, la alineación de algunos edificios importantes coincide con los solsticios y ocaso del sol en determinadas épocas del año y con las cumbres de las montañas que les queda alrededor. Dicen, que una de las estructuras que se encuentran en el templo del sol, en solsticio de verano, apunta hacia la ciudad perdida del "Dorado". Pero nadie ha vivido para confirmarlo. Por cierto, en Machu Pichu, el único oro que se encontró, ha sido un brazalete que encontraron en las excavaciones pues al parecer al marcharse los incas ¡no dejaron nada de este preciado material!
Recorrer todo el área es trascendental, es muy fácil imaginarse lo que estuvo ahí; en algunos momentos, incluso imaginaba los cánticos de los niños inca en la plaza principal.
Si miras de frente la montaña, puedes ver un cóndor abriendo sus alas, si miras de lado vez la cara del inca. Usando vías aledañas, puedes acceder a otros complejos incáicos: Al norte, por las bifurcaciones del camino de Huayna Picchu se puede llegar al llamado Templo de la Luna donde existen otras edificaciones. Al sur, se encuentra la ruta más conocida y la principal de todas: El Camino Inca a Machu Picchu. Al oeste está el camino que lleva a Intipata y pasa por el famoso "puente removible". Este último lo recorrimos mi compañera y yo -sin supervisión alguna- y casi nos vamos "por los barrancos" pues no nos percatamos de que el camino se hacía más y más estrecho, y para colmo enlodado y resbaloso. Despistadas por el ambiente, nos tocó la sorpresa: precipicio a la deriva. Del susto no quisimos hacer más nada que no contemplara a varias personas conocedoras de la zona a nuestro lado. Nos devolvimos y compartimos con unas Llamas que estaban próximas a nosotras, sin acercarnos mucho por si acaso nos "escupían". Son unos animales muy graciosos, y si no las conoces imagínate como sería un 'caballo-oveja'.
Una parte apreciable de las ruinas que se pueden ver en la actualidad, son en realidad reconstrucciones recientes. Muchas historias tratan de encontrar el por qué la construcción de una ciudad tan alejada y de difícil acceso: ¿para aislarse de los españoles? ¿o esta ciudad estaba construida mucho antes y era refugio de sacerdotes y clase alta? ¿por qué la dejaron abandonada llevándose todo? Muchos misterios, magia y verdades inconclusas dan volteretas alrededor de Machu Pichu, los que si les aseguro que es uno de los lugares dignos de visitar pues compartir con el paisaje, las llamas y la grandiosa historia que allí se esconde hace del viaje algo inolvidable.