Redactado por: Maricha Martínez Sosa
QUE LUGARES VISITAR PARA QUE LA MAGIA DE ESTA CIUDAD SE QUEDE EN TI
No sé si mi corazón es fácil de conseguir o si es que lo vivido fue realmente espectacular, lo que sí tengo como verdad absoluta es que en Lisboa se quedo un trocito de mi y que tarde o temprano tendre que ir a reclamarlo. Una amiga y yo nos lanzamos a un viaje sin presupuesto, o mejor dicho con presupuesto negativo. Otro más para la lista de mis estupideces económicas de gran valor emocional, que ya lleva varios destinos y aventuras.
Teníamos:
- un motivo: mis 25 años,
- un destino: Lisboa,
- muuuuuchas ganas de conocer
- poquitísimo dinero que gastar.
Llegamos sin lugar donde pasar la noche (nosotras, ¡las más aventureras! habíamos pactado irnos sin importar nada, aunque significara pernoctar en el metro o en un banco de un parque), sin haber dormido nada y con un horrible clima en que predominaba el agua y el gris. El panorama no era el soñado y los ánimos... Bueno, ya estábamos ahí ¡no había nada que hacer!
Bastó sólo con perdernos entre sus callejuelas para que las baterías se rellenaran y la mente fuera tan poderosa que hiciera que olvidaramos todo el cansancio y la alcoholización de la fiesta de la noche anterior (a ver, no es que fueramos borrachinas, es que ¡era mi cumple, mi peseta!). ¡Dios mío que ciudad tan hermosa!¡Que chicos tan apuestos!¡Que comida tan buena y barata!¡¡¡¡Que magia!!!!
Y ya dejandome de romanticismo y entrando en materia... ¿qué hay que ver? Una vez en Lisboa no puedes perderte:
- Rossio: aparte de estar en una de las zonas más dinámicas de la ciudad, este hermoso edificio es la estación desde donde podrán ir tanto a Sintra como a muchos otros destinos.
- Elevador de Santa Justa: este ascensor centenario, concebido por un discípulo de Gustave Eiffel, tiene una altura de 45 metros y es el único ascensor vertical que encontrarás en la ciudad pues los otros son como pequeños tranvías que te llevan por las pronunciadas pendientes lisboetas.
- Parque de Parque Eduardo VII, un extenso parque perfecto para tirarse a tomar el sol o compartir una merienda. Su inicio está en La Plaza del Marqués de Pombal (donde paran un montón de autobuses) y da comienzo a lo que se considera "la nueva Lisboa".
- Convento e Iglesia do Carmo: Se pueden visitar las ruinas (bastante impresionantes y que evocan el recuerdo de las de la zona colonial Dominicana) y una vez dentro se puede pasar al Museo Arqueológico do Carmo.
- La Catedral de Santa María Maior: es la más antigua de la ciudad y desde su construcción en 1147 ha tenido que ser restaurado varias veces por los terremotos.
- La Plaza del Comercio: la más importante de Lisboa y una de las más lindas si te colocas debajo del Arco de Triunfo.
- La Casa dos Bicos: Data del siglo XVI y debe su nombre a los picos que tiene tallados en su fachada.
- Paseo en el tranvía 28: es imposible ir a Lisboa y no montarse uno de los antiguos tranvías, este en especial te llevará al casco antiguo y recorrerá una de las más impresionantes rutas de la ciudad.
- Castelo de Sao Jorge: Una de las mejores vistas que tendrás de la ciudad. Te sentirás como un niño en un castillo de juguete, recorriendo cada rinconcito.
Si la duración de tu viaje lo permite te recomendamos que intentes conocer:
- Belém: haz lo imposible por pasar a conocer la torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, y ya allí es obligatorio probar los mundialmente famosos "Pasteis de Belem" (creo que toda la vida tendré antojos de esas pequeñas delicias).
- Sintra: el Castelho dos Mouros hará que se te caiga la babita con todo y mandíbula, mientras andas por sus callejuelas intenta probar la Ginjinha, bebida típica de la zona hecha con cerezas y generalmente servida en vasitos de chocolate.
Si tienes más tiempo aún pásate por "El Parque das Nações" un espacio vivo, dinámico y multifuncional -marca de la Lisboa contemporánea- comprendido por el área donde se realizó la Exposición Mundial de 1998. Allí encontrarás el Puente Vasco de Gama, el más largo de Europay el quinto puente más extenso del mundo, con 17 Km de longitud, 10 de los cuales están sobre las aguas del Tajo.
Me enamoré de esa ciudad y como dije antes quizá es que soy enamoradiza o fácil de sorprender pero les ocnfieso que en algunos momentos incluso sentí ganas de quedarme, de no volver más a Madrid, a Santo Domingo, ni a ningún otro lugar, era como si un imán me uniera a algo allá, una intensa y extraña sensación de pertenencia, de que ese era el destino adecuado para este preciso instante de mi vida.
A Lisboa la amas o la odias, sus aires de pasado te teletransportan a otros tiempos y su magia -sin lugar a dudas- la hace inolvidable. Cuando me preguntan al respecto uso una frase que intenta resumir lo vivido: Too much is too little to describe it! / ¡Demasiado es demasiado poco para describirlo!.