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Fernando Ureña Rib por Pedro Genaro Rodríguez

Nos negamos a despedirte, Fernando Ureña Rib

Por Alexéi Tellerías · Foto: Pedro Genaro Rodríguez · Publicado el: 27/11/2013.

LAS NOTICIAS HABLAN DEL FALLECIMIENTO DEL RECONOCIDO ARTISTA PLÁSTICO DOMINICANO EN BERLÍN, PERO EN QUEMASHAGO.COM NOS NEGAMOS A DESPEDIRLO

No, Fernando. No podemos decirte adiós. A ti, maestro de la pintura, cuyas fábulas urbanas nos hicieron comprobar que dominabas el arte de la narrativa con la misma magistralidad que el pincel.

Tú no puedes irte. Tu cuerpo humano puede que no haya soportado los avatares que te mantenían postrado sin embargo tu obra sobrevivirá por siempre y será eterna.

Al ser humano sensible y etéreo, cuyo genuino interés por el desarrollo de la plástica en el país lo llevó a crear y desarrollar el proyecto virtual del Latin Arts Museum.

No, ¿es posible desaparecer mientras quedan tantas cosas tuyas vivas? Muere quien se olvida. Y a ti no podemos olvidarte.

Llegan las noticias desde Berlín, lugar donde fuiste agregado cultural de la Embajada Dominicana. Que luego de varios días en intensivos, un paro respiratorio te separó físicamente de nuestro plano a los 62 años.

Entonces, entre el dolor que representa este hasta luego, quienes admiramos tu obra nos sentimos en la obligación de rendirte tributo, como tantas veces en vida lo recibiste, como creador que llevó sus piezas hasta lugares tan lejanos de nuestros 48 mil kilómetros cuadrados como Seúl, Korea del Sur, o el continente africano.

Queda elogiar la fuerza de tus trazos y esa voz que otorgabas a las mujeres que nacían en tus lienzos. Mujeres fuertes y seguras, con unas miradas penetrantes. Azules rojos y amarillos confundidos sobre el canvas.

Lo mismo cuando empuñaste el pincel para brindarnos tu universo en palabras: Decir la piel, El olor de las yeguas, Las cuatro patas del diablo, Textos berlineses… y los cientos de ensayos que hoy pueden leerse en Internet. Fuiste un apasionado del decir y del expresar.

Hoy que te mudas al infinito, quienes quedamos aquí decidimos que no te has ido realmente. Que queda con nosotros lo más excelso de tu obra, lo más profundo de tu creación. Que no te nos vas. Que no te mueres.

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