Redactado por: Queenie Ho.
UNA HISTORIA REAL: ESTUDIÉ EL PROGRAMA DEL QUE ME ENAMORÉ
Como todas las historia empiezan por el principio, creo que lo mejor es iniciar desde cuando descubrí MAS.
Descubrí Miami Ad School cuando aún estaba en el colegio, en 4to de bachillerato, en mi busqueda de escuelas o universidades en Estados Unidos. El plan era terminar el colegio, e inmediatamente zarpar hacia el norte a buscar mejor vida (no es que mi vida en Santo Domingo era mala, simplemente, mis padres y yo teníamos mayores aspiraciones).
Cuando encontré Miami Ad School, fue amor a primera vista. El programa se veía super interesante, las muestras de los trabajos de los estudiantes eran chulos y el programa de Quarter Away fue como el cherry encima del helado. La idea de poder estudiar un año, y luego el otro año ir a hacer pasantías a otros paises, algunos tan lejanos y exóticos como Singapore, fue un sueño para mí. Ya lo veía en mi cabeza, haría un trimestre en Amsterdam, uno en Shanghai, porque sé que mis padres serían muy felices con eso, una pasantía en Australia y finalmente volvería a Estados Unidos a terminar y quedarme trabajando. Ufff!! cómo me emocionaba solo de pensarlo!!
Pero, al final de mi año escolar, me percaté de que mis padres estaban en un aprieto financiero, tenía 2 hermanas ya fuera del país a quienes mi padre estaba tratando de ayudar, así que decidí poner mi sueño en pausa y quedarme a estudiar en Santo Domingo.
Tres años más tarde, ya un poco más crecidita y menos ingenua, me dieron luz verde para irme! No tuvieron que decirme demasiado para mandar mi aplicación. Te piden un montón de cosas si eres americano, y si eres extranjero, te piden aún más documentos, y entre solicitar records de notas y traducciones, pues boté un montón de energía y tiempo, pero no importaba, estaría un paso más cerca de lo que quería! Finalmente completé mi paquete de aplicación, un enorme paquete de cartulina negra que contenía muchos sobres de colores que yo personalmente había hecho para guardar cada cosa que me pedían, entre asignaciones, documentos, formularios y unos CDs.
No le había comentado a muchas personas de mis planes, por miedo de fucusearlo y todas esas supersticiones que se tienen. Tan sólo las personas necesarias lo sabían, mi familia, mi mejor amigo y mi, ahora, ex-novio. En fin, un día, mientras estaba en el trabajo, mi madre me llamó para decirme que había recibido una carta de Miami Ad School. No se imaginan los espíritus que se me metieron en ese momento, no sabía qué decirle, si salir corriendo para mi casa, o si quedarme en el trabajo, les juro que me volví idiota por los próximos minutos. Finalmente mi madre me pregunta "Lo abro?", creo que ella estaba igual de emocionada que yo, le dije que sí. Lo próximo que recuerdo fue estar brincando al lado de mi escritorio diciendo "YEEEEEIIIII!!!! ME ACEPTAROOOOOOOOON!!!" de tal manera que mis superiores asomaron la cabeza de su oficina a ver qué sucedía. Esa tarde no hubo quien me aguantara, estaba de lo más feliz, no me lo podía creer! Me habían aceptado!
La sorpresa que se llevó el resto del mundo cuando se enteró que me iba, y en cuestiones de meses! Todos me preguntaban si no estaba ansiosa, que me iba a otro país, a hablar otro idioma, que si mi familia, que si mis amigos, parecía casi como si hablaran de mudarme a otro planeta. La verdad es que en ese momento tan sólo estaba emocionada, nada de ansiedad, ni nostalgia, ni miedo, tal vez el hecho de haber esperado ese momento por tanto tiempo haya hecho la transición un poco menos dolorosa. Además, me iba a Miami, a 2 horas en avión de Santo Domingo, no es como que me fuera a mudar a Africa o Nueva Zelanda.
En fin, entre risas, borracheras y lágrimas (sí, hubo lágrimas en los últimos minutos) me despedí de todos, y partí a mi nuevo destino, Miami. Sin idea de qué sería de mi vida por allá, y realmente, debo de admitirlo, de no haber sido por mi hermana que me ayudó un montón a ubicarme y asentarme, no sabría qué hubiera sido de mí. A lo mejor, eventualmente, hubiera logrado asentarme sola, porque así es que se sobrevive, pero definitivamente, ella hizo de eso un proceso menos traumático para mí.
¡La historia está incompleta!
Como el artículo resultaba largo está redactado a modo de trilogía. Si quieres saber cómo continúa la historia te invitamos a visitar la Parte II y a que esperes la Parte III de esta experiencia.
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