Diciembre nos presentó diversas actividades culturales y, entre ellas, brilló la exhibición de la artista cubana Amalia Angulo.

Egresada de Chavón y erradicada desde hace ya varios años en la República Dominicana, Angulo ha cultivado lo que corre por sus venas siendo un claro ejemplo de cuan real llega a ser el refrán de “hijo de gatos caza ratones”. Amalia es hija del destacado escultor Enrique Angulo y de Lourdes Álvarez, querida educadora que sembró en varias generaciones el aprecio por las distintas expresiones artísticas.

Tras habernos divertido con sus fantásticos personajes, traviesos animales y retadores desnudos, la experiencia de haber participado en múltiples muestras colectivas e incluso formar parte de la selección para una bienal le permite reinventarse y deleitarnos con tu talento.

Esta vez nos coloca entre minuciosos detalles, a través de los cuales conocemos su visión de la realidad. Una que puede tomar la forma de curiosas figuras dibujadas o densos y quasi caóticos collages entre los que pendulan formas desproporcionadas e irreconocibles, contrastes y superposiciones de estilo.

Según Francisco Nader, experimentado gestor del arte latinoamericano y coordinador de la muestra, Angulo recrea “un conjunto de imágenes de la memoria que devienen producto de su ir y venir por el mundo.” Un mundo propio, único y peculiar al que nos invita a disfrutar en cada pieza.

“Amalia Angulo solo Show” cerró el magnífico año del Museo de las Casas Reales y da inicios a un prometedor 2016 de este importante espacio cultural. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 10 de Enero.

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