Aunque la palabra adaptógeno no está inscrita en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, este término es cada vez más mencionado en libros, entrevistas y pódcast de salud. Si alguna vez te topaste con este concepto, probablemente al verlo te preguntaste, ¿qué es, cómo funciona y para qué me sirve? A modo de preguntas y respuestas, te compartimos parte de la información incluida en el esclarecedor artículo publicado en National Geographic por Stacey Colino (2024).
¿Qué son?
Los adaptógenos no son más que hierbas, raíces u otras partes de plantas a las que se atribuyen propiedades medicinales. Frank Lipman, especialista en medicina integrativa y longevidad en la ciudad de Nueva York, los define como “un grupo único de ingredientes herbales que se utilizan para mejorar la salud del sistema endocrino”, recordando que este último es el encargado de gestionar la respuesta hormonal del cuerpo al estrés.
¿Qué hacen?
Aunque no todos tienen los mismos resultados, se cree que cuando se consumen, los adaptógenos tienen la capacidad de neutralizar los efectos del estrés en el organismo, ayudando a devolvernos al estado de equilibrio llamado “homeostasis”. Según el artículo de NatGeo, pese a su diversidad, hay un denominador común entre los adaptógenos y es “que ajustan la respuesta del organismo al estrés, devolviendo el balance a las áreas del cuerpo que están desequilibradas”. Colino establece que si bien “los adaptógenos en realidad no reducen ni bloquean el estrés” estos se destacan por aumentar la resistencia, ya sea física o psicológica, que puede tener una persona a los estresores. De hecho, cada vez surge más evidencia de cómo algunos de estos ingredientes herbales tienen la propiedad de ayudar a calmar el sistema nervioso e incluso aliviar el dolor.
¿Cómo se consumen?
Pueden tomarse en cápsulas, tinturas, infusiones o en polvo. Su dosis y niveles de absorción varían dependiendo de la manera en que se consuma. Ejemplo de ello es como, en general, las cápsulas siempre presentarán una dosis mayor que las infusiones o tisanas. Dentro de los adaptógenos más populares, se destacan la ashwagandha, el jengibre, la rhodiola, el tulsi (albahaca santa) y la schisandra.
¿Desde cuándo se usan?
Aunque en Occidente los expertos médicos están apenas “empezando a reconocer el valor de estos suplementos a medida que aumentan las pruebas científicas que respaldan su uso”, el artículo de Colino establece como en algunas partes de Asia, el uso de estos suplementos para tratar diversas dolencias se remonta a varios siglos atrás.
¿Tienen alguna advertencia?
Sí, y es que aunque los adaptógenos suelen ser bien tolerados por la gran mayoría de las personas, hay que tomar varias cosas en cuenta. Entre ellas el artículo destaca tres:
- Su consumo debe evitarse durante algunas etapas de la vida, como el embarazo y la lactancia.
- En algunos casos, pueden generar interacciones adversas con medicamentos como los antidepresivos, antipsicóticos e inmunosupresores, debilitando o aumentando el efecto de cada dosis. Por eso es muy importante hablar con tu equipo médico antes de iniciar este y cualquier otro tipo de suplementos.
- Por no tratarse de medicamentos controlados, sino de suplementos, estos no están regulados, ni mantienen los mismos estándares de calidad y salubridad que demanda la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.). En este sentido, podrías estar consumiendo una dosis mucho mayor, o menor, de lo que se anuncia en el frasco.
Si tienes interés en mejorar tu respuesta al estrés, reducir tus niveles de inflamación y ayudar a potenciar tu salud, física y mental, te invitamos a conversar con tu médico sobre la posibilidad de integrar estos ingredientes en tu día a día. ¡Quién sabe si alguno de ellos esconde el secreto para tu bienestar!
Fuente: Colino, Stacey (2024). Do natural adaptogens like ginseng actually combat stress? Recuperado de: www.nationalgeographic.com.