Una buena visita a San José de las Matas, municipio más grande y poblado de la República Dominicana, ha de incluir una parada para disfrutar de la fuerza, pureza, belleza y magia de sus aguas. Esta realidad, bien conocida desde siempre por quienes practican turismo interno, ha sido reforzada luego de la inauguración en 2015 de una opción única en nuestro país: el Parque de Termas Naturales Aguas Calientes, un balneario cuyos espacios están estructurados para el disfrute del entorno y que resulta peculiar tanto por la temperatura como por la composición química del recurso hídrico.
El Teleférico de Santo Domingo, inaugurado en mayo de 2018, es una solución de movilidad sostenible que busca responder al notable problema de transporte de nuestra ciudad capital. Su construcción fue iniciada en el 2015 con el objetivo de cubrir una ruta de cinco kilómetros, tuvo un costo superior a los 8.4 millones de dólares por kilómetro y logró conectar a más de 30 barrios de la cuenca norte del río Ozama.
Siempre hay algo que hacer en Santo Domingo, incluso cuando lo que se desee sea sentarse por dos horas frente a una pantalla buscando evasión, reflexión o simplemente diversión.
Si bien las salas de cine fueron desapareciendo en pos de los multicinemas en los centros comerciales, todavía persisten algunos esfuerzos más modestos en transmitir cultura a través del celuloide.
Ciudad primada de América, cuna de la civilización del nuevo mundo, modelo primigenio que luego vino a repetirse en el resto del continente, hogar del primer modelo de universidad europea establecido en 1538 por el papa Paulo III, sede del primer cabildo del nuevo mundo, hogar de un millón 403 mil habitantes (según el censo de 2014)… Muchos conceptos para hablar del mismo lugar que, evocando a Pedro Mir, se halla ubicado “en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol” o como le escribió Arístides Incháustegui, el “crisol de razas y utopías, tierra de glorias y agonías”.
Ya no hay que irse de casa en casa por los pueblos para poder disfrutar del gusto que crea ver un buen plato criollo. De hecho ya no hay ni que ir a un restaurante para evocar en nuestras mentes el placer de presenciar la auténtica cocina dominicana pues hay un grupo de gente que se ha dedicado a darnos una especie de tour binario por nuestra gastronomía y lo hacen valiéndose, primordialmente, de una de las más populares redes sociales en la actualidad: Instagram.
En la comunidad de “Los Calabazos” se paría tristeza, en la década de los 90’s la mortalidad infantil había diezmado a todas las familias que componían este pequeño asentamiento humano radicado en la falda de la Cordillera Central, en el camino a Manabao y casi al inicio de la más reconocida ruta ecoturística de la República Dominicana: el Pico Duarte.