¿Un lugar de paz y serenidad en el centro de la ciudad? Quizás suene irónico, pero existe un rinconcito céntrico que te carga de buena vibra, tranquilidad y solemnidad mientras degustas una taza de café o sencillamente lees tu libro favorito en silencio, armonía y en una grata compañía contigo mismo.

Algo que me gusta del periodismo es que puedo descubrir cosas “desconocidas”, que están ahí en el mundo esperando solamente a que mires un poco más allá para hacerte sentir que encontraste algo que tú no sabías que necesitabas, pero que te encontró a ti.

Pues, la comunicación social es descubrir algo que ya existía, pero mirarlo de una forma diferente, y de eso se trata Abba Café. Una cafetería pequeña, acogedora y minimalista, que pasa desapercibido a quienes no miran hacia el cielo, ya que se ubica en un tercer nivel y se “oculta” del tumulto de personas que transitan a diario por el lugar.

Una vez entré a preguntar sobre algunas cosas y sentí una vibra extraña e interesante, inmediatamente supe en mi interior que debía volver lo antes posible y así lo hice.

Visita

Una tarde calurosa, ajetreada por ser viernes y querer llegar a casa, fue el momento perfecto para decidir visitar el establecimiento. De paredes blancas y amarillas, puertas azules y ventanales que te dan una vista agradable para ver caer la tarde. No es para menos, el lugar te llena de paz y serenidad mientras escuchas en susurros una melodía cristiana, con un personal atendiéndote sin acosar, sino, dándote tu momento, respetando tu espacio para que ordenes cuando gustes.

Nadie interrumpe tu conversación interior… no hace calor, la bulla exterior es casi nula, simplemente eres tú contigo mismo y te hace sentir en una paz indescriptible.

Es como si el lugar te obligara a desconectarte del exterior y vivir el ahora… el presente. Es un espacio al que puedes ir sin medir el tiempo que vas a permanecer en el mismo, ya que su concepto está orientado a la fe, siendo un ambiente con energía espiritual, que, aunque no seas creyente te hará sentir una tranquilidad inmensa en el corazón.

Gastronomía

Pero, ¿Qué decir de la comida? Es un negocio de postres, café y picaderas como sándwiches o pancakes.

Los amantes del café, encontrarán bebidas de café puro y amargo; para los amantes del azúcar, habrá postres como bizcocho de zanahoria, chocolate o crema pastelera.

Ordené un frappé de chocolate y un pedazo de cheesecake de red velvet. ¿Sabor? ¿Precio? ¿Calidad? ¿Se podrán dar tres o cuatro estrellas?

La batida estaba sabrosa, pero con el ingrediente del café intenso, (yo, en particular, no soy partidaria del café), se sintió chocante al sentir más café que chocolate.

Sin embargo, el cheescake estaba riquísimo. Dulce, suave y recién horneado, ¡delicioso!

La malteada costó RD$310 y el postre RD$360. Para la porción servida, el precio y la calidad están balanceados, mi única queja sería la intensidad del sabor a café. Además, recuerda que hay que sumar el 18% de Impuesto a la Transferencia de Bienes y Servicios (Itbis) y el 10% legal de la propina a la cuenta del consumidor final.

¿Vale la pena ir?

Soy una persona callada, que me gusta más pensar y escribir que parlotear o emitir la voz, sin dudar recomendaría que todos los que tienen un día ajetreado, que necesitan pensar, trabajar o simplemente conocer un lugar nuevo dentro de la ciudad pasen por Abba Café.

¿Pero es un lugar para ir solo, con amigos, pareja o familia? Es un espacio que acoge a todos los grupos de relaciones, porque tiene juegos de sillas que permiten tener pequeñas reuniones de amigos, taburetes para las parejas que prefieren estar más cerca, bancos para la familia e incluso muebles para ti solo.

Es ir y disfrutar de una taza de café contigo mismo.

Anímate a visitar el lugar y cuéntame que te pareció.

 Fotos: Abba café.

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