A lo largo de la historia de la humanidad, la dieta ha ido cambiando y adquiriendo diferentes significados; en un principio, el objetivo fue evitar las enfermedades debidas a ciertas carencias, más adelante fue el mantenimiento de los ejércitos en las guerras; finalmente ha sido conservar la salud y la capacidad funcional del sujeto.
Desde que nacemos, los seres humanos estamos sometidos a dieta constante, desde solo ingerir leche materna durante los primeros meses de vida, a la incorporación de frutas y verduras y finalmente, las carnes y derivados de animales. En nuestro interior, el cuerpo exige comer lo que nos produce sensaciones en el paladar y luego en la mente, quien digiere además de los sabores, los olores, colores y formas de los alimentos.
Según estudios psicológicos, los dulces, aquellos ‘pecados de viernes’, liberan endorfinas en el cerebro, sintiéndonos felices, provocándonos el placer al gusto. Si nos llevamos de tener pecados dulceros en exceso; cuando llega el lunes, nos sentimos culpables por haber degustado alimentos como el preciado y delicioso oro líquido, es decir, el chocolate 🍫.
Algunas personas consideran que las ‘dietas’ son sinónimo de perder peso, comer vegetales, todo bajo en calorías e incluso ‘matarse de hambre’. Sin embargo, a veces lo necesario es ir restringiendo los alimentos causantes de la subida de peso como la comida chatarra, los dulces y el alcohol.
Es fundamental para el ser humano llevar a cabo una dieta balanceada y saludable, basada en alimentos nutritivos. Se recomienda el consumo de alimentos racionados en porciones que tu cuerpo necesite para nutrirse y estar saludable. Deben incluirse desde derivados animal (carnes, leche, quesos, huevos y pescados), legumbres, tubérculos, hasta frutas y verduras.
En algunos casos bajar de peso puede volverse una obsesión para tener una mejor apariencia física, sin embargo, con un estilo de vida saludable podríamos lograr el bienestar físico y mental. A veces la realidad amerita que acudamos a especialistas de la nutrición para mejorar nuestro rendimiento y encontrar un régimen saludable y adecuado para ti.
Es importante determinar cuáles comidas son las más adecuadas para cada individuo, ya que no todas las personas tienen las mismas necesidades. Por ello, contratar los servicios de un especialista en nutrición es altamente recomendable. De este modo, tendremos claro qué cantidad de proteínas, minerales y vitaminas, son requeridas por nuestro organismo, y descubriremos cuáles son las formas más eficientes para mantener una alimentación balanceada.
Por último, debemos tener en cuenta que no podremos cambiar de un día para otro los hábitos alimenticios que adquirimos desde la infancia. Es mejor hacer pequeños cambios, que, en un determinado tiempo, resultarán ser grandes logros.